La Comisión Europea ha adaptado nuevas medidas para reducir la huella de carbono europea y para abaratar las facturas de energía. Se trata de una nueva normativa aplicable a electrodomésticos como neveras, lavadoras, lavavajillas y televisores entre otros.

Además, hay que destacar que, por primera vez, incluyen requisitos de reparabilidad y reciclabilidad para acabar con la obsolescencia programada, mejorar el mantenimiento, la actualización de los dispositivos y el manejo de los residuos de los aparatos.

Estas nuevas medidas, que se suman a unas etiquetas energéticas más inteligentes, conseguirán que el usuario europeo ahorre en sus facturas mientras contamina menos con gases de efecto invernadero; todo en línea con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.

La comisión cree que estas medidas sumadas a la etiqueta nueva, conseguirán un ahorro energético final de 167TWh para el 2030, el equivalente al consumo anual de Dinamarca. Además, también supondrá la no emisión de 46 millones de toneladas de CO2. Asimismo, todo esto se reflejará económicamente en nuestros bolsillos, con un ahorro de unos 150E anuales.